Los antibióticos son una herramienta fundamental para tratar infecciones provocadas por bacterias en personas y animales. Estos medicamentos no son, sin embargo, un bien ilimitado: se trata de un recurso escaso y de difícil renovación. Utilizarlos inadecuada y excesivamente contribuye al rápido aumento de las bacterias resistentes y, como consecuencia, a la pérdida de eficacia de los antibióticos en el tratamiento de diferentes infecciones. El problema de la resistencia a los antibióticos constituye ya una de las amenazas globales más serias para la salud de todos, así como para el desarrollo de las actividades ganadera y agrícola, el medioambiente, el comercio y la economía mundial.
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