Ni una mascarilla quedaba ayer en las farmacias de la ciudades de Toledo y Talavera. En las últimas semanas, estos elementos, usados normalmente para casos de alergia o polución elevada, han desaparecido de los mostradores de las oficinas de farmacia. El alto volumen de turistas que visitan la capital regional, combinado con la psicosis por la pandemia de la nueva gripe, está detrás de este desabastecimiento.